la cúpula del cráneo se lleno de frescos,
se llenaron de vertientes los agujeros de los ojos,
se hizo manantial de vida, el viento que paseaba por él (el cráneo) para llegar a los pulmones,
ahí en la tibia presencia de su mojada textura
se posó el aire humedecido alimentando gotas de rocío para llevar a los ríos,
rojos ríos visitando valles, montañas,
volcanes haciéndose vida, leche, para dar a la creación humana
formada en la matriz del océano
mezclándose
uniéndose
dividiéndose
dándose sentido en forma
en pies
en nalgas
en oídos
en manos, en dar y recibir en nacimiento y muerte
así se regala la vida a los hijos
completa
con todos los amaneceres y atardeceres,
las medias noches y la vida, que sin preguntas se va tejiendo entre los espacios que dejan las palabras.
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