Se desperto el sol, llegaron a caballo cuatro jinetes quienes pidieron a la señora madre que los cobijara en su regazo. Ella como buena madre los tomo en sus brazos y los guardo en el bolsillo de su delantal para que cobijados fueran. Se levantó el viento llamando alas nubes, con ellas la lluvia y llovió sin parar 40 días y noches inundando todo por doquier y se escucho desde el regazo de la madre, "déjanos libres para cabalgar por las aguas e ir a visitar al sol para que seque las aguas y se aparezca en la tierra la semilla de la vida que fecundaron nuestros caballos en su amor."
Abre tus piernas deja nacer el respiro vital que dibuja en el cielo los cuatro caminos por caminar. No te confundas, no te distraigas, aun cuando el camino no es recto es directo y solo dejándote guiar por la senda que se abre a tus pies llegaras al lugar donde la flor blanca deslumbra al sol. No te detengas, no te confundas, abre tu mano y deja de ella caer las semillas de vida que fueron ahi fecundadas por la palabra de los abuelos que recordaron tu venir, tu caminar.
Asi le hablo la tierra así hizo ella, tomo sus pasos y los fue dirigiendo al lugar de no retorno, al sin retorno al lugar que al llegar se manifiesta la danza que dio regalo a todos los caminantes que atrevidos, valerosos, silenciosos, llamaron su presencia, donde la poesía, el canto son el viento , donde la belleza de las flores envejece al que observa y donde la miel y el nectar son cuerpo, carne y tierra. Abre tu mano regala tu semilla que en la siembra te descubras cosecha y en la cosecha te hables en silencio en caricia en expansion y así lo hizo y así se manifesto. Así recordó que cada poro tenía como finalidad dejarse penetrar para encontrarse entero en el vacío.
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